Como cada año, ya va siendo costumbre, algunos de los voluntarios de la Delegación de Juventud, vienen a compartir con nosotros una de las noches previas a Guadalupe.
Esta tarde, han celebrado la Santa Misa con nosotros, hemos cenado juntos y hemos tenido un rato de tertulia con ellos. En él, nos han contado sus experiencias en las peregrinaciones anteriores, nos han entregado las catequesis que daremos los seminaristas y nos han informado de la logística y las novedades de este año. Para terminar, nos han invitado a vivir esta experiencia, otro año mas, entregándonos con mayor generosidad, para que, acompañando a los jóvenes estos días, seamos sal y luz, transparencia del Amor de Cristo a todos los hombres, para que así, por medio de nuestro testimonio de vida y de nuestra alegría por la vocación a la que hemos sido llamados, puedan encontrarse con un Corazón de un Dios que se ha hecho hombre y que vive en su Iglesia, una iglesia que hoy tiene un rostro joven.