El pasado 25 de junio asistimos con muchísimo gozo y emoción a la ordenación de nuestros seis compañeros y hermanos Javi, Eugenio, Carlos, Fernando, Jorge y Juanan. Fue un día precioso en el que el Señor se hizo presente en sus vidas y en la de todo el Seminario de una manera muy especial. Ayer fueron configurados con Jesucristo sacerdote para siempre para ser, en su Iglesia, imagen viva de su amor siempre nuevo y joven que nos hace ver en la paz de la confesión o en la maravilla de la Eucaristía. Damos infinitas gracias a Dios, que ha estado grande con nosotros.