Desde el pasado viernes 29 de enero hasta el jueves 11 de febrero, el Estudio Teológico San Pelagio ha vivido una nueva temporada de exámenes relativos al primer cuatrimestre. Los exámenes no son un momento especialmente agradable en la vida del estudiante, tampoco del seminarista.
Sin embargo, a la vez que afirmamos lo anterior, podemos decir que la temporada de exámenes son un paso del Señor, un momento de GRACIA con mayúsculas. Desde la fe e iluminados por la Revelación, sabemos que el Señor nos invita a profundizar en el estudio y a dar razón de nuestra fe, de nuestra Esperanza (Cfr. 1 Pe 3, 15). No estudiamos una materia cualquiera, sino que estudiamos los designios y misterios más profundos de nuestra fe. Una fe que encuentra la plenitud de su Revelación en Cristo, el Verbo eterno encarnado. Por ello, el estudio se convierte en un momento en el que debemos descalzarnos y pedir constantemente aquello que nos pedía San Ignacio en los Ejercicios Espirituales: «Conocimiento interno de Cristo que por mí se ha hecho hombre para que más le ame y le siga» (EE.EE 104). Solo así podremos dar respuestas coherentes al mundo de hoy. Un mundo que encuentra en sus interrogantes más profundos una sed abismal que solo puede saciar Cristo.
En la mañana del sábado 13 de febrero, ha tenido lugar el claustro de profesores. Desde el Seminario queremos agradecer a los docentes su esfuerzo y dedicación, siempre generosa y tantas veces desinteresada.
Le pedimos al Señor que los resultados obtenidos no sean para nuestra mayor o menor gloria, sino para mayor gloria suya. De manera que cada día nos unamos más a Él y seamos los santos sacerdotes que Él quiere y que el mundo necesita. Que María, sede de la sabiduría nos alcance esta gracia.