“Ved que dulzura, que delicia, convivir los hermanos unidos. Es ungüento precioso en la cabeza, que va bajando por la barba, que baja por la barba de Aarón hasta la franja de su ornamento” (Salmo 123).
Los días 27 y 28 de febrero los seminaristas mayores de Córdoba, tanto del Seminario San Pelagio como del Seminario Redemptoris Mater, hemos tenido una peregrinación-convivencia cuya meta eran Almodóvar del Campo, pueblo natal de San Juan de Ávila y San Juan Bautista de la Concepción, y Daimiel, donde se encuentran las reliquias y el testimonio de casi treinta novicios mártires de la persecución del Siglo XX en España.
El 27 por la tarde nos pusimos en camino hasta Almodóvar donde pudimos visitar y rezar vísperas en la Parroquia donde fueron bautizados San Juan Bautista de la Concepción y San Juan de Ávila, visitando posteriormente la casa de este último, donde se conserva la cueva donde pasó tres años de oración y penitencias antes de comenzar la preparación al sacerdocio, y donde se conservan algunas de sus reliquias. Por la noche nos acogió el seminario de Ciudad Real, seminaristas y formadores nos invitaron a cenar y a visitar uno de los templos más bonitos de la ciudad, la Parroquia de San Pedro.
El 28, después de rezar laudes y desayunar, marchamos a Daimiel donde se encuentra el Noviciado Pasionista que en el 1936 sufrieron el martirio por odio a la fe. Allí nos contaron su testimonio y pudimos venerar sus reliquias, además tuvimos la suerte de celebrar la Eucaristía y recibir la Sagrada Comunión en el mismo lugar que lo hicieran los mártires antes de ser apresados. Después de comer visitamos la ciudad de Almagro y volvimos a Córdoba.
Damos gracias a Dios por estos días de convivencia y fraternidad.
