«Miradas que anticipaban el momento de contemplar el rostro del Señor cuando lleguemos al cielo»

El pasado mes de febrero el curso de espiritualidad realizó una experiencia muy fructuosa en el Cottolengo del Padre Alegre que se encuentra en las Hurdes. Francisco Solano, alumno del curso de espiritualidad nos cuenta su testimonio:

«Amor de obras y no de palabras». Esta frase del Padre Alegre resume a la perfección lo que uno puede vivir y palpar en el Cottolengo. Allí, cuatro hermanas servidoras de Jesucristo dan su vida por aquellos pobres que cuidan y atienden con tanto amor. El Cottolengo del Padre Alegre, es una Casa de Familia, una forma de vivir y de ver la vida en cristiano. Su misión es la de ser testigos del amor de Dios presente en el mundo y su carisma es la oración, el abandono a la divina Providencia y la acogida de que aquellos que tengan una enfermedad incurable y que sean pobres, o que no puedan ser atendidos en otros centros.

Uno de aquellos días se leyó el Evangelio según san Mateo: «Cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis» (Mt 25,31-46). Y allí, dejándonos evangelizar por ellos e intentando ayudar un poco, uno sentía que se cumplía esta escritura. Eran Jesucristo. Estábamos tocando a Jesucristo, y esto es un privilegio por el que hay que dar muchas gracias a Dios.

Fueron días de mucho trabajo, de bonitos momentos de fraternidad entre nosotros, con las hermanas y con nuestro director espiritual, Don Borja que tanto nos ha cuidado y se ha preocupado por nosotros. Pero sin duda, uno se lleva el corazón esponjado por tantas sonrisas, tantas miradas que anticipaban el momento de contemplar el rostro del Señor cuando lleguemos al cielo. Ellos son sus preferidos, están muy cerquita suya y uno ve cada día milagros. Materialmente porque una casa tan grande vive totalmente de la providencia. Esto es impactante. Pero lo que más asombra y es más difícil ver a los ojos del mundo es cómo viven de la providencia también espiritualmente, con el deseo de abandonarse por completo en las manos de Dios.

Es imposible expresar en unas pocas palabras lo que se vive en estos días. Es algo que uno sólo puede regustar en la intimidad del alma con Dios. Venimos con el deseo muy grande de poder volver si Dios quiere y es su voluntad.

Publicado el

COMPARTIR

[wp_social_sharing social_options='facebook,twitter,googleplus' twitter_username='SemiSanPelagio' facebook_text='Compartir en Facebook' twitter_text='Compartir en Twitter' googleplus_text='Compartir en Google+' icon_order='f,t,g' show_icons='1']