A escasos días de la Ordenación Diaconal el día de San José, Javier Muñoz García, seminarista de San Pelagio, comparte con nosotros su experiencia en seminario y su camino hacia el futuro ministerio diaconal:
- ¿Qué ha supuesto para ti el proceso formativo del seminario?
Ha supuesto un proceso de crecimiento. Aquí he crecido humana y cristianamente. Aquí he conocido más de cerca a Jesús. Aquí he aprendido lo que es el sacerdocio.
- ¿Qué propició que te plantearas la vocación al sacerdocio?
El Señor se sirvió de pequeños acontecimientos de mi vida para hacerme ver esta vocación. Una familia cristiana, salir de monaguillo y fijarme poco a poco en mi cura, conocer a los seminaristas y las actividades vocacionales del menor… El día a día del seminario.
- ¿Cómo afrontas la ordenación para ti? ¿Cómo vives los días próximos?
Estoy viviendo estos días previos con mucha ilusión. Pero sobre todo con paz. En El confío, porque sé que, por mí, poco; por El todo.
- ¿Qué papel ha jugado la Virgen y San José en tu discernimiento vocacional?
Cuando entré en el menor, recuerdo que me encomendé a la Virgen de la Aurora de mi pueblo; y siempre me ha acompañado. Del mismo modo, San José ha estado conmigo desde mi inicio en el seminario; recuerdo con gran cariño cada campaña del seminario en torno a la protección de nuestro patrón.
- ¿Cómo te presentas al comienzo de tu Ministerio?
Me gustaría vivir el diaconado desde el servicio y el seguimiento, que es de lo que se trata. Espero servir al Señor con todo el corazón y de ahí a los hermanos. Ese es mi deseo.
- ¿Qué le dirías a un joven que se plantea la vocación sacerdotal?
Le diría lo que suelo decir en estas fechas: ¡Dios te llama! Esa es mi pobre experiencia; la experiencia de sentirse amado por Dios. Esto es, la Providencia Divina en mi vida.
