Culminan los Ejercicios Espirituales Coraje Plus

El pasado domingo se dieron por concluídos los Ejercicios Espirituales «Coraje Plus» que se han celebrado en la Casa de Espiritualidad “San Antonio” entre los días 27 de febrero y 1 de marzo. La mejor manera de conocer de cerca esta experiencia es a través del testimonio de uno de los casi 30 jóvenes que han vivido esta experiencia de Dios intensa. Por eso, Fernando Ortega nos cuenta su experiencia.

La experiencia de vivir Ejercicios Espirituales «Coraje» siempre es gratificante y poder vivir este año un «Coraje Plus», todavía más. El estar unos días en silencio, apartado de toda la rutina convulsa que tenemos, llena de todo tipo de distracciones y tentaciones que a veces nos llevan a olvidarnos de que el Señor está ahí junto a nosotros. Es un remanso de paz en medio del ruido del día a día. Luego durante los Ejercicios Dios tocará en el corazón de cada uno de forma diferente.

En mi caso este año iba buscando encontrar paz en mi corazón y Dios ha querido moverlo a través de la oración personal. He pasado de tener una oración simple y básica de conversación con Él a ir un paso más allá, a descubrir y profundizar más en la Palabra, especialmente en la Pasión, que fue una de las muchas e interesantes charlas que nos impartió D. Carlos Gallardo las distintas semanas de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola. Posteriormente, siempre teníamos una hora de oración personal. Durante ésta y la posterior Exposición del Santísimo que tuvimos durante toda la noche del sábado, me centré en la Pasión a través de la oración contemplativa, “haciéndome presente” en el sufrimiento de Cristo, de cómo por nosotros dio su vida por nuestros pecados, para librarnos de ellos y rescatarnos de la esclavitud que el pecado introduce en la vida humana. Y yo me detenía y me preguntaba: «¿cómo los hombres hemos podido tratar así a quien vino a redimirnos?». A veces pasamos por alto dar gracias a Dios por todo lo que ha hecho,pues incluso en los más pequeños detalles siempre está presente y es algo que no debemos olvidar nunca los cristianos, ya que “nos amó más que sufrió” (San Juan de Ávila).

Al final uno se acaba dando cuenta de que la paz no llega por la ausencia de problemas sino por la presencia de Dios.

Invito a todos los jóvenes a que no tengan miedo, que tengan «CORAJE» y vivan estos Ejercicios Espirituales. No importa que estés en un buen o mal momento en tu vida, o que estés atravesando, o no, una crisis de fe; Dios tiene un plan ti, y ya sea a través de la Eucaristía, en las charlas, en el Rosario, en la oración personal o en la Exposición del Santísimo, los Ejercicios darán sus frutos.

Finalmente agradecer a las Hermanas del Instituto del Verbo Encarnado por acogernos en su casa y a las Religiosas de María Stella Matutina por acompañarnos, a los seminaristas, al Diácono y a D. Carlos por su guía en estos Ejercicios. Agradecer a los Sacerdotes que también estuvieron presentes y a la Diócesis por pensar en los jóvenes y ofrecernos este retiro.

Fernando Ortega Merino, 21 años.

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