«Un Amor enorme que se se palpa en la debilidad»

En la jornada del jueves, los diáconos, que serán ordenados presbíteros el próximo mes, realizaron el Juramento de Fidelidad y la Profesión de Fe. Se trata de uno de los pasos fundamentales y más previos a la Ordenación Presbiteral.

La celebración estuvo precedida por un retiro en la festividad de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote. Como recordaba D. Borja Redondo, Director Espiritual del Seminario, «es el mismo Cristo el que se hace eco de este juramento y nos posibilita para hacerlo», pues como nos recuerda la Carta a los Hebreos «es fiel quien hizo la promesa» (Heb 10,23).

La celebración estuvo presidida por Mons. D. Demetrio Fernández, Obispo de la Diócesis. El Prelado recordó a los candidatos la importancia que tiene una fiesta como la que hoy celebramos. «Es Cristo – les decía- quien realiza la ofrenda de propia vida y existencia una sola vez y para siempre, pues esta es la novedad del Cristianismo: Dios mismo se ha hecho víctima por amor».

De igual modo les invitaba a dar gracias por haber sido llamados a participar del sacerdocio ministerial de Nuestro Señor; y a confiar en la Gracia y en el ejemplo tantos sacerdotes fieles, testimonios anónimos de la entrega y oblación sacerdotal. Finalizaba exhortándoles a la confianza: «se os caerán lágrimas al ver lo amados que sois por Jesucristo, como Pedro en aquella noche de la Pasión. Un amor enorme que se palpa en la debilidad».

Desde el Seminario os pedimos vuestra oración por estos siete diáconos que recibirán el Sacramento del Orden en el grado del presbiterado el próximo mes. Que el Espíritu Santo y Nuestra Madre la Virgen los modele conforme al Corazón de Cristo y así sean los santos sacerdotes de los que el mundo tiene necesidad.

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