El día 8 de diciembre, tras conocer la noticia de que a D. Antonio lo nombraban vicario general de la Diócesis, le escribimos la carta a los Reyes Magos pidiéndole que nos trajeran un nuevo rector.
Este año los Reyes han venido con un montón de regalos, cosas que necesitábamos, cosas que esperábamos, seguramente un buen roscón, para alguno, quizás, un poco de carbón… pero sin duda alguna, el mejor de los regalos que cada año quieren traernos estos magos venidos de Oriente, es a aquel que encontramos después de seguir la Estrella: a Jesús, un Dios que se hace niño, que se hace pequeño, para que podamos acercarnos a él.
Este año junto con Jesús han querido traernos otro regalo: un nuevo rector, no porque no estuviéramos contentos con el que teníamos, sino porque a él han querido los Reyes traerle el regalo de poder servir aún más a nuestra Diócesis como Vicario General.
Le damos gracias a Dios por este regalo. D. Jesús M. Moriana ha venido de lejos, muy de lejos, pues hasta ayer mismo se encontraba sirviendo al Niño Dios en Belmez, un pueblo de la Sierra de Córdoba.
Sabemos de él que es un hombre enamorado, algo raro en estos tiempos que corren, enamorado de un Dios que un día conquistó su corazón, y lo llamó, para que entregara su vida siendo solamente para Él. También conocemos que se trata de un sacerdote, como diría S. Manuel González, cabal. Un gran intelectual sin duda. Le gustan mucho las leyes y el derecho, aunque no se trata de un “legalista” ya que su norma de vida dice así: “salus animarum est suprema lex ecclesiae” (La salvación de las almas es la máxima ley de la Iglesia). Un hombre maduro (¡No solo por la edad, sino sobretodo por su Fe!), un hombre de oración, de fe, madrugador, sencillo, un trabajador incansable, bueno y noble, enamorado de Jesucristo y de su Iglesia, a la que ha servido tanto estudiando en Roma (donde sabemos que dejo el listón bien alto); como en Belmez durante estos últimos años, en definitiva un modelo de sacerdote y de entrega a Dios. ¡Vaya regalazo que nos han dejado los Reyes!
Queridos Reyes Magos, gracias por este regalo. Sabemos que “os habéis pasado”, que no hemos sido tan buenos para que nos hagáis este pedazo de regalo. Estamos seguros de que por medio de él, podremos acércanos y parecernos más al Dios hecho Niño que habéis ido a adorar en Belén.
Esta mañana ha tenido lugar su juramento y su presentación en el Seminario. Pedid por nuestro nuevo rector, para que pueda cumplir su tarea de servir a la Iglesia entregando su vida en la formación de los futuros sacerdotes.
