Queridos amigos, os dejamos hoy una entrevista que le hicimos a nuestro hermano David antes de que se fuera de ejercicios de preparación para recibir la ordenación de diácono el próximo día 8, esperamos que os guste y a cambio, pide por David y por Néstor.
1- ¿Qué le dirías a un joven que se está planteando entrar al seminario?
¡No tengas miedo!, da el paso con valentía y confianza. Si el Señor te ha llamado te dará todo lo que tu miedo te hace pensar que vas a perder. Yo tuve mucho miedo hasta que di el paso, me costó tiempo, pero ahora me encuentro muy feliz por haberlo dado. Él me lo ha recompensado con creces.
2- ¿Cómo afrontas esta próxima etapa del diaconado, que es lo que se mueve en el corazón de un joven que va a entregar su vida al Señor para siempre?
Afronto esta etapa con alegría, nervios y confianza. Alegría pues es muy grande lo que el Señor me va a conceder. Nervios pues me veo tan pequeño ante algo tan grande que marcará para toda mi vida. Confianza pues si Él ha sido el que me ha llamado con insistencia durante tantos años no me va a traicionar ahora ni nunca. Es muy grande pensar que quiere mi vida, aunque sea pequeña, para siempre, para entregarse a mí y a los demás por mi entrega.
3- ¿Qué significa para ti ser diácono, es decir, servidor de tus hermanos?
Significa poder hacer presente el servicio de Cristo en medio del mundo, contando con mis muchas limitaciones. Es muy bonito pensar las diversas formas de servicio a la que estoy llamado: celebrar algunos sacramentos, cuidar especialmente de los más necesitados, orar por las personas. Es al fin y al cabo imitar a Jesús en toda su vida, buscando el servicio por amor.
4- ¿Qué le pides al Señor en estos momentos?
La fidelidad a su amor de por vida de todos los que se entregan a Él y que muchos le conozcan y le amen.
5- Os ordenareis D.m. en una fiesta de la Virgen, ¿Qué ha supuesto la Virgen para ti en tu vocación y en tu periodo de formación?
Si hoy estoy aquí es gracias a Ella. Ha estado presente antes de mi entrada, durante mis años de Seminario y espero que siempre esté a mi lado. Fue ella la que me dio el valor necesario para poder decirle a un sacerdote que me creía llamado por Dios para ser sacerdote. Ha sido ella la que en tantas ocasiones ha puesto luz y fuerza para seguir adelante en mi camino vocacional. Es ella la que ha intercedido por mí para que hoy esté aquí. Si lo tengo que resumir con una palabra: TODO.
6- ¿Qué le dirías a las personas que están leyendo esto?
Dios nos ha regalado esta vida. Solo tiene sentido si la vivimos con Jesús, si le dejamos lugar en ella. Nos ama tanto que nos pide permiso para entrar. Déjale entrar en tu vida. Una vez que Él es importante de verdad para ti, llévalo a los demás. Quizás tu vida, mi vida, sea el único Evangelio que muchos puedan leer.
David Arellano Agredano
