En la Fiesta de la Presentación del Señor, el Seminario San Pelagio realiza la entrega de albas a los hermanos de nuevo ingreso. Son 8 los hermanos que recibirán esta vestidura litúrgica.
La Presentación del Señor es una fiesta de gran calado para el sacerdote. Por una parte, celebramos el momento por el cuál Cristo, llevado al Templo por María y José, es presentado y consagrado al Padre. Pero por otra parte, allí, todos nosotros hemos sido consagrados al Padre en la persona de Cristo como hijos en el Hijo de Dios . Así, vestir el alba es revestir nos de Cristo, recordar nuestra condición bautismal: hemos sido consagrados a Cristo. Por ello, revestirnos con el Alba, es más que un gesto externo, es afianzar nuestro Sí a la vocación a la Santidad recibida en el bautismo y la vocación al Sacerdocio en la que un día Cristo nos dijo: «Ven y sígueme».
La ceremonia fue celebrada por el Sr. Obispo, que invitaba a los seminaristas que recibían el alba a guardar su alma limpia como la vestidura que recibían. A la vez que recordó la importancia litúrgica tiene está fiesta para la Iglesia y para nosotros.
Le pedimos al Señor que nos mantenga en su fidelidad y que cada día podamos decir como la oración propia de esta vestidura: «blanquea Señor y limpia mi corazón, para que purificado con la sangre del Cordero, pueda gozar de las alegrías eternas».
